jueves, 5 de agosto de 2010

Mundos

Durante estos meses hubo palabras dispersas, unas cantaban al amor, otras a la desilusión, en ninguna había paz. Nunca será fácil saber lo que se quiere, y mucho menos, pagar el precio que eso implica, pues las normas sociales dictan que si comparamos lo que tenemos con aquello no tan bueno que otros tiene, entonces somos afortunados y nos conformamos, y creemos que eso está bien. Pero, ¿de qué habría servido el camino si la senda se repite?

Hoy el mundo parece transcurrir en dos velocidades, se ha bifurcado. De día todo corre rápidamente, en un ir y venir de seres que gesticulan, que asumen un papel para el que han ensayado esmeradamente; de noche nada es igual, hay silencio, hay ausencia, estoy yo deseando lo extraordinario, lo poco probable... me sumerjo en mis letras, en otras letras, me busco en la noche, me pierdo en mí.

Y de alguna extraña manera, ahora sólo hay deseos de sonreír, de continuar caminando, de jugar. Esos dos mundo en que habito están esperando fundirse. Ya va siendo hora.

2 comentarios:

Gabriel Cruz dijo...

Bueno Lukia, que mientras el camino predominante esté lleno de cosas positivas, entonces todo va bien, para mal o para bien la vida no es una constante de cosas buenas, así que si el sueño de la ilusión y lo bueno es lo que predomina, entonces está uno por buen camino :)

LuKiA dijo...

Hola Gabriel!! Ya tenía abandonado el blog. Sí, la vida no es una constante de cosas buenas, pero cuando hay cosas "no tan buenas" sólo hay que darle tiempo y ponerles buena cara, que tampoco son una constante.

Un gusto estar y leerte.