No te quedes inmóvil, al borde del camino, no congeles el júbilo, no quieras con desgana, no te salves ahora, ni nunca.
No te salves, no te llenes de calma, no reserves del mundo, sólo un rincón tranquilo, no dejes caer los párpados, pesados como juicios, no te quedes sin labios, no te duermas sin sueño, no te juzgues sin tiempo.
Pero si pese a todo, no puedes evitarlo y congelas el júbilo, y quieres con desgana, y te salvas ahora, y te llenas de calma y reservas del mundo, sólo un rincón tranquilo, y dejas caer los párpados, pesados como juicios y te secas sin labios, y te duermes sin sueño, y te piensas sin sangre, y te juzgas sin tiempo, y te quedas inmóvil , al borde del camino y te salvas...entonces, no te quedes conmigo.
Esta entrada se creó en marzo de este año.
Benedetti ha muerto: descanse en paz y gracias por el fuego. (Mayo, 2009)
1 comentario:
¡Muy buen poema! Buen blog, si no me olvido lo voy a tener en cuenta.
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