“sólo ocurrirá cuando la fe de algunos se convierta en la convicción de muchos”
Hace un par de semanas estuvo Judy Williams (Nobel de
Lo preocupante es que tenemos 5 millones de personas que tienen una “cierta dependencia” a esos recursos que son muchos para un Estado y que sumados a los que dependen de las remesas (donde 1 de cada 5 de mexicanos de entre 25 y 35 años vive en Estados Unidos) ¿qué pasaría con México sin estas dos fuentes de ingreso para las familias de bajos recursos? Tenemos un gobierno paternalista, cómo diría Octavio Paz, “un ogro filantrópico” que nos acostumbra a recibir. Ya se vio el fracaso con Solidaridad, donde de cada 10 pesos del presupuesto, 8 eran destinados para este programa… ¿qué pasó? ¿Hay menos pobres? Por el contrario, las brechas entre clases sociales altas y marginadas son cada vez mayores. Pero bueno, una vez en los puestos se piden “resultados” y se hacen “mediciones” en lugar de evaluaciones, por ello somos estadística en lugar de individuos.
¿Qué hacer? Participación ciudadana. Judy Williams muy molesta decía que todos tenemos voz, que no había que dejar los trabajos, las escuelas, la vida para hacer cambios, que bastaba con ser ciudadanos honestos, responsables con su entorno y que cada vez que vieran una injusticia, alzara la voz y no se permitiera, que bastaba con apoyar de vez en vez o con ceder su voz a gente que la utilice con fines sociales. Hoy, buscando o más bien, eligiendo sobre cual tema escribir de los temas que se están investigando, me llegó por un amigo el video recomendado de hoy. Denisse Dresser nos da otra bofetada muy a su estilo; les dejo dos párrafos de su discurso que me parecen medulares:
Pequeñas acciones que produzcan grandes cambios, sacrificar la seguridad propia para que otros la compartan, ser de clase media en un país de 40 millones de pobres es ser ya privilegiados, y como privilegiados se tiene la obligación de regresar algo al país, porque de qué sirve la experiencia, el conocimiento, el talento si no se hace con ello de México un país más justo, para qué sirve el asenso social si hay que pararse sobre las espaldas de otros para conseguirlo, para qué sirve la educación si no se ayuda a otros a obtenerla, para qué sirve la riqueza si hay que erigir cercas electrificadas cada vez más altas para defenderla, para qué sirve ser habitante de un país si no se asume la responsabilidad compartida de asegurar vidas dignas ahí… por eso yo creo en decirle a las cosas por su nombre, ayudando a abrir los ojos (…) el contagio
Tenemos un sistema de élites (…) pobres a los que no han querido educar, mal pagados, no los hacen competitivos (…) un país con un sistema político, cultural, social basado no en el mérito, sino en las relaciones, basado no en la excelencia sino en los contactos, donde importa menos el grado que los apellidos, los puestos se adjudican como recompensa a la lealtad y no al profesionalismo, la palmada de espalda y el guiño del ojo, ahí están los muros
¡Ah! Hay una parte donde ella menciona que otros países acentúan la tecnología, la globalización y la economía en la educación poniéndola en sus libros de texto, cabe destacar que china no es precisamente un país con muchas igualdades; es trascendente el conocimiento, pero no podemos ser técnicos únicamente, se requiere conciencia social (con grado de reflexión y no sólo como discurso) en lugar del nacionalismos mal entendido que nos venden, el vivir de una rosa historia mexicana diseñada para crear una identidad falsa y mal sustentada… Les pido escuchar el video con mucha atención y por favor, reenvíenlo.
Denisse Dresser: De la sumisión a la participación ciudadana
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