Lo pondré en mi cuarto, lo veré todo el tiempo y por las mañanas le diré: ¡Buenos días mi amor!
jajaja
martes, 30 de junio de 2009
Esperando, esperando
lunes, 29 de junio de 2009
Ricón de Haikus
.............70. mientras revivo
.....................acuden primaveras
....................a mi memoria.
..............................71. mas si agonizo
....................................los inviernos se instalan
.....................................como sabuesos.
...................Rincón de Haikus....................
Días extraños.
Saludos.
jueves, 25 de junio de 2009
Concierto de Andrés Calamaro en Puebla.
Muchas gracias por el regalo, fue mi mejor regalo de cumpleaños.
Saludos.
CUENTO. Estrella
“Y del cielo cayó un estrella. Grande, brillante. Dicen que la tiraron de tanto verla. En el firmamento ya no cabía. Se hizo pesada con tantos halagos y suspiros. La tierra se le hizo buen lugar. De aquí han sido sus más fervientes admiradores. Por ella suspiraron muchos pechos y juraron en su nombre eternos amores. La han bautizado con mil nombres, ha guiado por mares al hombre.
No, el sol nunca le gustó. Opacaba su brillo, la ocultaba mientras era de día en la tierra. Pero de noche, de noche se estiraba, crecía de gusto. Intentaba lucir al máximo. Se ponía sus mejores galas. Cuando la luna estaba llena, se colocaba junto a ella para que la vieran. Por eso vino, para estar más cerca. Allá arriba a veces se sentía sola. Allá arriba el frío se volvió insufrible. Allá arriba tenía miedo. Mas la tierra no es lugar para estrellas caídas.
Primero la vieron con asombro. Querían estar cerca de la que algún vez observaron maravillados; de cada rincón del planeta fueron. Sólo que la magia que la envolvía se perdió. En el día parecía una enorme roca. De noche su brillo se había marchitado, era, sólo, una gran lámpara. Su orgullo la sostenía, cuando al oscurecer, miraba en el firmamento su lugar vacío. Extrañó el frío, en la tierra hacia mucho calor. Extrañó su espacio, aquí le pusieron una valla en derredor para que no la tocaran. Extrañó su brillo, la atmósfera no le permitía resplandecer. Poco a poco fue quedando en el olvido. Ya no fue novedad. Los ojos de que antes la buscaban para hablarle, hoy miran al cielo en busca de otra estrella a quién contarle, desde lejos, los pesares que provocan aquellos que están cerca…”
Julio, 2001.
martes, 23 de junio de 2009
Oceano Mare, Baricco.
Mi adorada:
Ya he llegado al mar. Os ahorro las fatigas y miserias del viaje:lo que cuenta es que ahora estoy aquí. La posada es acogedora: sencilla pero acogedora. Está en la cima de una pequeña colina, justo delante de la playa. Por la noche se levanta la marea y el agua llega casi hasta debajo de mi ventana. Es como estar en un barco. Os gustaría.
Bartleboom tiene treinta y ocho años. Él cree que en alguna parte, por el mundo, encontrará algún día a una mujer que, desde siempre, es su mujer. De vez en cuando lamenta que el destino se obstine en hacerle esperar con obstinación tan descortés, pero con el tiempo ha aprendido a pensar en el asunto con gran serenidad. Casi cada día, desde hace ya años, toma la pluma y le escribe. No tiene nombre y no tiene señas para poner en los sobres, pero tiene una vida que contar. Y ¿a quién sino a ella? Él cree que cuando se encuentren será hermoso depositar en su regazo una caja de caoba repleta de cartas y decirle
Ella abrirá la caja lentamente, cuando quiera, leerá las cartas una a una y retrocediendo por un kilómetro hilo de tinta azul recobrará los años -los días, los instantes- que ese hombre, incluso antes de conocerla, ya le había regalado. O tal vez, más sencillamente, volcará la caja y, atónita ante aquella divertida nevada de cartas, sonreirá diciéndole a ese hombre
-Tú estás loco.
Y lo amará para siempre."
Alesandro Baricco, 1999, Océano Mar, Anagrama. Barcelona. (Págs.23 y 24)
Me gustan sus pausas.
martes, 9 de junio de 2009
Con los ojos llenos de colores: la India.
Hay lugares que quiero visitar acompañada y otros, sola. Acompañada significa compartir y ser flexible con muchas cosas. Sin embargo, cuando viajo sola no tengo un plan, a veces ni dinero suficiente, sólo sé a dónde llegaré, luego dejo que todo fluya, que las cosas se vayan dando. A lo mucho llevo una lista de posibles lugares que me gustaría conocer, pero de ahí en fuera, la improvisación es lo mío. Debo decir que esos recorridos me han dejado grandes amigos y varias experiencias gratas -gente chida, lugares mágicos, paisajes que te quitan el aliento- y otras no tanto, al menos en el momento -quedarte sin dinero, perderte, accidentes, robos, caídas...- Al final, regresas con menos equipaje, en banca rota pero con los ojos llenos de colores.
Toda esta explicación para hablarles del lugar que ahora me quita el aliento, el sueño y me ayuda voltear a otro lugar cuando paso frente a un aparador. Hay un libro que un día encontré en un bazar y lleva por título India, así nomás. Hace también algún tiempo, Alejandro Magno era uno de mis personajes favoritos -si digo que Alf, el de la serie gringa sigue siendo de mis personajes favoritos, seguro me abuchearán jeje- . Entonces, dicho libro se complementaba con lo que estaba leyendo sobre Magno, sobre todo, por su paso por esas tierras mágicas. Les describiría aquello que leí, pero mejor se los pongo, quizá de esta forma se entienda de dónde iniciaron mis ganas de pisar ese suelo:
" El encanto de la India.
Alejandro de Macedonia fue el más grande conquistador (...) Todo era suyo: Atenas, la dorada; las islas de Mármol del Mar Egeo; la fenicia Tiro; el misterioso Egipto y el gran desierto que se extiende más allá del Nilo; Babilonia, la de las fuertes murallas; todas las vastas tierras que rodean el desierto salado, en las que las ruinas humeantes de Persia imperial señalaban los lugares por donde habían pasado. Todo era suyo, incluso la estepa que señala el límite del mundo y las montañas coronadas de nieve por donde sale el sol. Sí, todo, excepto este país de Hind al que llamamos India, que se extiende por colinas pardas y caliginosas más allá de donde alcanza la vista hacia el este.
Por primera vez, Alejandro sintió los tormentos de la duda. Había salido a conquistar el mundo, pero aquí parecía no tener fin. ¿Dónde estaban los límites de la India? "Más allá, más allá..." le decían en las orillas de cada río y en lo alto de cada colina. Siempre más allá, hasta que sus tropas ya no quisieron ir más lejos. Habían hecho frente a las hordas de salvajes de Escitia, a los fieros jinetes de Bactriana y a los carros armados de guadañas del persa Darío. Ni los elefantes de guerra del rey Poro los habían acobardado. Pero este "más allá" que nunca terminaba y este mundo caluroso de hombres morenos vestidos de blanco que celebraban ritos misteriosos, como culto a dioses extraños, y que nada sabían del mundo mediterráneo, era algo a lo que no podía enfrentarse. Ni la discusión ni las amenazas harían cambiar sus pensamientos y, de este modo, Alejandro tuvo que volver atrás.
-Venid, Alejandro os quiere ver- ordenó el oficial.
-Porque Alejandro, hijo de Zeus, lo ordena.
-Alejandro no es más hijo de Zeus que yo mismo. Ya que, si Zeus es Dios y los hombres son hijos de Dios, nosotros, como hombres, somos todos hijos de Zeus.
- Si venís, Alejandro no os hará daño. Os dará regalos.
-¿Qué puede dar vuestro Alejandro a hombres sabios? Todo lo que posee son riquezas terrenas y la verdadera sabiduría está más allá de las cosas terrenas.
Exasperado, el oficial dijo:
- ¡Si no venís en seguida, Alejandro os dará muerte!
Con una sonrisa, el hombre sabio contestó:
-Entonces, le daré gracias por libetar mi alma de su cárcel de carne.
Cuando regresó el oficial y contó todo esto al desasosegado conquistador, Alejandro comentó: -¡Qué país es éste!- y se volvió con tristeza para preparar la partida."
Fairservis, W. (1964) India.
Saludos.
Ah! Las fotos son de mi cuate Vale, el chico de lentes de la primera foto, está en Universidad de Nalanda, la Estupa de Sariputra de fondo. La segunda foto la tomó en el monasterio Sri Lankes, en una sesión de meditación por la mañana.
jueves, 4 de junio de 2009
INVITACIÓN: ANULA TU VOTO
martes, 2 de junio de 2009
Las bromas del inconsciente
- Comerme sólo el migajón del pan.
- Morder las gomas de los lápices, saben bien.
- Meter mi mano en mi entrepierna, no me doy cuenta como llega ahí –eso podría tener una connotación psicológica-
- Morder los huesos del pollo hasta hacerlos trizas.
- Reírme como psicópata
- Perderme, especialmente en islas de 5 calles.
- Hablar de mis problemas con extraños.