jueves, 25 de junio de 2009

CUENTO. Estrella

“Y del cielo cayó un estrella. Grande, brillante. Dicen que la tiraron de tanto verla. En el firmamento ya no cabía. Se hizo pesada con tantos halagos y suspiros. La tierra se le hizo buen lugar. De aquí han sido sus más fervientes admiradores. Por ella suspiraron muchos pechos y juraron en su nombre eternos amores. La han bautizado con mil nombres, ha guiado por mares al hombre.


No, el sol nunca le gustó. Opacaba su brillo, la ocultaba mientras era de día en la tierra. Pero de noche, de noche se estiraba, crecía de gusto. Intentaba lucir al máximo. Se ponía sus mejores galas. Cuando la luna estaba llena, se colocaba junto a ella para que la vieran. Por eso vino, para estar más cerca. Allá arriba a veces se sentía sola. Allá arriba el frío se volvió insufrible. Allá arriba tenía miedo. Mas la tierra no es lugar para estrellas caídas.


Primero la vieron con asombro. Querían estar cerca de la que algún vez observaron maravillados; de cada rincón del planeta fueron. Sólo que la magia que la envolvía se perdió. En el día parecía una enorme roca. De noche su brillo se había marchitado, era, sólo, una gran lámpara. Su orgullo la sostenía, cuando al oscurecer, miraba en el firmamento su lugar vacío. Extrañó el frío, en la tierra hacia mucho calor. Extrañó su espacio, aquí le pusieron una valla en derredor para que no la tocaran. Extrañó su brillo, la atmósfera no le permitía resplandecer. Poco a poco fue quedando en el olvido. Ya no fue novedad. Los ojos de que antes la buscaban para hablarle, hoy miran al cielo en busca de otra estrella a quién contarle, desde lejos, los pesares que provocan aquellos que están cerca…”


Julio, 2001.

1 comentario:

LuKiA dijo...

ah!!! Mis épocas de emes y metáforas jajaja